La vida amorosa de Isabel Preysler (71 años) siempre despierta curiosidad. Pese a sus fracasos románticos, siempre se ha mostrado interesada en volver a apostarlo todo. Evidentemente, le gusta la vida en compañía, pero es posible que eso cambiara ahora que Mario Vargas Llosa (86 años) ya no está en su vida. Esa novedad incrementó el interés y volvió a poner en la palestra a Julio Iglesias (79 años), uno de sus grandes amores y a quien Jaime Peñafiel (90 años) conoce como a la palma de su mano.

El artista y “la reina de corazones” fueron icónicos en su época. Eso respondió a que, cuando estuvieron juntos, él estaba en la cresta de la ola y su carrera demandaba darle un perfil más serio, de modo que el casamiento era perfecto. Además, ella ya se posicionaba como una sólida referente de la moda, cosa que no ha cambiado hasta nuestros días.

Pero aquella historia de amor terminó mucho antes de lo esperado y con escándalo de por medio. La madre de Tamara Falcó, cansada de los amoríos de Julio Iglesias en España y también fuera (cada vez que se iba de gira por el mundo), un día fue a recibirlo al aeropuerto para anunciarle sencillamente que no continuarían juntos. Esa es la versión de los hechos más difundida, pero Jaime Peñafiel hoy la cuenta distinta.

Jaime Peñafiel da a conocer un aspecto desconocido de la separación entre Julio Iglesias e Isabel Preysler

Tal como puede apreciarse en el material adjunto que es propiedad de “La Sexta”, Jaime Peñafiel expuso una nueva perspectiva de la ruptura. Según él, escribió en su columna para “El Mundo” que Isabel Preysler no dejó a Julio Iglesias por las deslealtades de él, sino para evitar que se conocieran las de ella. Un día él recibió la noticia de que alguien estaba por exponer las desprolijidades de la modelo ante la prensa y, entonces, Jaime, como buen amigo, la alertó.

Cuando supo que ya se sabían sus infidelidades, se anticipó pidiendo la separación ese mismo día en el aeropuerto.

Aparentemente, era el Marqués de Griñón la persona que había conquistado a la nacida en Filipinas y, para evitar enfrentarse al escándalo que en aquella época significaba ser adúltera, le ganó de mano a Julio Iglesias. Definitivamente, esta nueva perspectiva lo cambia todo, ya que, de esta manera, Isabel no sería una víctima en la historia, sino más bien una hábil jugadora. Por supuesto, la certeza nunca llegará, dado que ella nunca se pronunciará al respecto.

De no haber existido lo del contestador automático, Isabel no se hubiera separado jamás.

Una madre ejemplar

Además de sus muchas hazañas en lo profesional, Isabel Preysler es admirada por haber conseguido aquello con lo que muchas madres sueñan: que sus hijos sean unidos pese a no tener el mismo padre.