La libélula, el homenaje que Sara Carbonero rinde en el tanatorio a Elena Huelva

Apenas se hizo oficial el fallecimiento de Elena Huelva, Sara Carbonero se tomó el tren hasta Sevilla para acompañar a la familia y dar su último adiós a la joven que luchó por cuatro años contra el cáncer. 

Conmovida, con los ojos cubiertos de unas gafas oscuras, la periodista llegó al tanatorio con un ramo de rosas, vestida de negro absoluto y no quiso dar declaraciones a la primera, su prioridad era despedirse de Elena Huelva, abrazarse a sus familiares y solo después envió un sentido mensaje. 

Es una mujer maravillosa.

En todo momento, Sara Carbonero se dirigió a Elena Huelva en tiempo presente, como si la presencia de la joven aún se mantuviera junto a ella, siendo "eterna y esencial" como también reconoció la periodista. Recordemos que así como muchas otras celebridades, la ex de Iker Casillas apoyó desde el momento uno la labor solidaria de la joven al compartir su vida en las redes sociales, desde el momento que el diagnóstico se formalizó y el cáncer formó parte directa de su día a día. 

Una valiente, un amor de niña, la vamos a echar mucho de menos.

Sara y Elena compartieron muchos momentos juntas, tanto en salas de hospital como en eventos solidarios para concientizar sobre el sarcoma de Ewing, una enfermedad que afecta en mayor medida a jóvenes y adolescentes. 

Como último homenaje, Sara Carbonero compartió la imagen de una libélula en forma de pendiente, un símbolo que marcó los últimos años de la jovencita, y que también fue compartido por su hermana, Emi Huelva. Con el paisaje de fondo en movimiento, la periodista capturó el momento en el que un rayo de sol iluminaba el pendiente, una auténtica postal de esperanza y resiliencia en estos momentos. 

La fotografía fue tomada desde el tren con regreso a Madrid, con música de fondo de la banda británica Coldplay y ese canto a la vida que es su clásico "Yellow". 

El legado de Elena

Elena Huelva nació en Sevilla en 2002, a sus 16 años fue diagnosticada con cáncer y, desde entonces, decidió hacerle frente a la enfermedad a través de sus redes sociales, donde compartió su día a día. De este modo, la joven se convirtió en la voz de toda una generación. 

Con su libro “Mis ganas ganan. Nadie nos ha prometido un mañana, vive el presente” conquistó a millones de corazones en España, además de hacer visible una enfermedad que cada año afecta a más niños y adolescentes.