Lo que Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto no han podido ocultar de las cámaras

Para Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto ninguna de sus apariciones son sencillas, ya que pesa sobre ellos el constante rumor de una crisis, que jamás reconocieron, pero que no pueden terminar de erradicar, a pesar de sus movimientos en conjunto. 

El pasado fin de semana, el Masters de Montecarlo fue la excusa ideal para que la Familia Real monegasca se muestre ante el gran público unida y cercana, pese a todo lo que dice la prensa, tanto del Principado como de Francia, que no deja de encontrar detalles de que algo, definitivamente, no está bien dentro de la pareja. 

Primero fue una escapada en solitario de la Consorte del Príncipe Alberto por Milan, en donde no llevó su anillo de casada y, más tarde, su repetida ausencia en el Baile de la Rosa, que fortaleció los rumores después de que tampoco se apareciera por el balcón a saludar, el día del cumpleaños del Monarca. 

En los palcos del Monte Carlo Country Club, Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto tomaron posturas diferentes a lo largo de los partidos de tenis que vieron. Mientras que él intentaba entablar conversaciones o comentarios sobre el juego, ella se mostraba más interesada sobre los que pasaba dentro del court. 

Pero hubo algunos movimientos de complicidad y de acompañamiento mutuo, como cuando entregaron el premio al ganador, Andrey Rublev, y el Príncipe Alberto y su esposa se retiraron del campo tomados de la mano, aunque ella no se habría mostrado tan convencida. 

A pesar de todo, se podría decir que con esta nueva salida familiar, Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto intentaron ponerle paños fríos a una ola de versiones que se alimentan desde hace años, casi desde el momento en el que se casaron.