Ana Obregón revela el secreto que hace llorar al mundo entero

Ana Obregón ha relatado en la obra literaria, 'El chico de las musarañas', el momento más desgarrador de toda su vida: la partida de su hijo Álex Lequio. Según comienza el relato, el especialista en oncología le pidió iniciar la sedación la misma noche en la que le anunció que ya no había más nada por hacer.

La actriz explica que su exmarido, Alessandro Lequio, siempre había sido más pesimista y le pidió a ella que también se hizo la idea de que en pocas horas su hijo se iría, aunque le resultó algo imposible. Finalmente, Ana Obregón permitió la decisión del especialista e iniciaron la sedación.

Los últimos momentos en donde Ana Obregón y Alessandro estuvieron junto a su hijo, este deliraba por la fiebre: "Mamá, vamos, que llegamos tarde al aeropuerto, pero a este viaje voy solo", aunque también pudo recordar unas palabras que retumbaron en lo más profundo de sus desolados corazones: "'Os quiero muchísimo' fueron sus últimas palabras", y su madre le ha respondido "Hasta mañana, mi vida, te quiero, que sueñes cosas bonitas".

La bióloga se recostó en la cama junto a Álex y lo abrazó contra su pecho para apreciar los últimos latidos de su amado pequeño, a quien también le grabó lo orgullosa que estaba de ser su madre: "Nuestros corazones abandonaron de latir también al mismo tiempo. Y me morí contigo".

La modelo escribe que su hijo, Álex Lequio, dejó este mundo en el mismo momento en que una paloma blanca se posó en la ventana de su habitación y unas señales que quedarán en su retina por siempre: "sus manos apretaron muy levemente las mías y una levísima sonrisa se dibujó en sus labios. Un resplandor mágico iluminó toda la habitación".