La Residencia Real La Mareta, un regalo del Rey Hussein de Jordania para el Rey Juan Carlos

El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía se reunieron el 1 de junio en Ammán, la capital de Jordania, para asistir a la boda del Príncipe Hussein, el hijo mayor de Abdalá II y Rania. Allí recordaron a un viejo amigo: el Rey Hussein de Jordania.

Juan Carlos I y Hussein I fueron amigos durante décadas y solo la muerte del monarca jordano en 1999 puso fin a una relación que trascendió lo meramente protocolar. Un ejemplo de esta amistad fue la luna de miel de los Reyes Eméritos, que incluyó a Jordania entre sus destinos.

Aunque en ese momento, el Rey Juan Carlos aún no era Monarca, el Rey Hussein de Jordania lo trató como jefe de Estado. Además, según reveló Simeón de Bulgaria en su biografía, Hussein fue el primer jefe de Estado en llamar a Juan Carlos después del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, ofreciéndole "apoyo especial para respaldar a las fuerzas leales al Rey y al Gobierno".

El punto culminante de esta amistad llegó en 1989, cuando el Rey jordano le regaló a Juan Carlos I una casa que había mandado a construir en Lanzarote y que él solo había visitado una vez. Se trata de La Mareta, un palacio que actualmente forma parte del Patrimonio Nacional y que se ha convertido en el símbolo más importante de la amistad entre ambas Casas Reales.

Aunque fue un regalo personal, el Rey Juan Carlos, como jefe de Estado en aquel momento, no podía aceptar oficialmente obsequios, una norma que también se aplica al Rey Felipe en la actualidad. A pesar de ello, la antigua Familia Real disfrutó de La Mareta durante muchos años.

En cuanto a su distribución, consta de una casa principal, varios bungalows independientes, dos piscinas al aire libre, un lago central rodeado de vegetación, amplios jardines y un helipuerto. Espacio más que suficiente para alojar al Rey Juan Carlos, la Reina Sofía y toda su familia durante sus estancias de verano.