Pese a las apariencias, hay tormentas en el paraíso de Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Parece sacado de un cuento de hadas, pero la realidad es que Tamara Falcó e Íñigo Onieva han tenido un verano cargado de emociones, desde el estrés preboda hasta momentos de éxtasis en su luna de miel. Sin embargo, como en toda buena historia, también existen complicaciones detrás de las luces y las cámaras.

Después de sobrellevar nervios y contratiempos previos al enlace, la Marquesa y su esposo lograron decir "sí, quiero". Para celebrar este desenlace feliz, emprendieron un verano sin respiro. Pocos días después de la ceremonia, la pareja se escapó a una envidiable luna de miel por África, donde se maravillaron con la fauna salvaje y compartieron atardeceres románticos.

Las redes sociales mostraron algunos destellos de este viaje, revelando la complicidad entre ellos y la belleza de los lugares que visitaron en Sudáfrica y Zambia, como Ciudad del Cabo y las cataratas Victoria.

Pero como en toda buena trama, la realidad no siempre refleja el cuento de hadas. Pese a las apariencias, hay tormentas en el paraíso de Tamara e Íñigo. Rumores sugieren que Tamara se ve acosada por recuerdos amargos relacionados con los meses previos a la boda, especialmente tras la difusión de imágenes en las que Íñigo Onieva aparece besando a otra mujer. 

Íñigo, por su parte, sigue saliendo con sus amigos cuando le apetece, lo que genera un "sentimiento de desconfianza" en Tamara. A pesar de sus aparentes esfuerzos por comportarse correctamente, los celos latentes desde el verano pasado parecen difíciles de erradicar.

En definitiva, la historia de la diseñadora y colaboradora de televisión y su esposo sigue teniendo sus altibajos, aunque las redes sociales muestren los momentos más románticos y las escapadas de ensueño. El amor verdadero también implica desafíos y, en este caso, Tamara e Íñigo están navegando en aguas a veces turbulentas en su recién estrenada vida como pareja casada.