Mario Vargas Llosa tiene un motivo superior para recordar a Isabel Preysler en su día más importante

Fue una tarde soleada de diciembre cuando Mario Vargas Llosa (86 años) e Isabel Presyler (71 años) viajaron hasta Toledo para buscar la espada con la que ahora el Nobel Literario posa en París, al lado de sus hijos y, curiosamente, al lado también de su exesposa. Una postal familiar que, sin quererlo, tiene el sello de la Reina de corazones. 

En aquella escapada, la prensa la tildó de "romántica" sin sospechar que, semanas después, la Socialité comunicaría el final de la relación, después de siete años unida a Mario Vargas Llosa. Hoy, 9 de febrero no es Isabel Preysler la que arropa al escritor peruano en un momento cumbre de su carrera como profesional. 

El Nobel, nacido en Perú, se convierte en el primer escritor de lengua no francesa en ingresar a la Academia de la Lengua de este país europeo, un título que lo corona como el escritor más influyente en lengua castellana. Si ya ocupaba un puesto icónico en las Letras, ahora nadie podrá poner en duda su legado en este noble arte. 

Ya comienzan a circular las primeras imágenes de la ceremonia a puertas cerradas y en todas aparece el escritor con sus hijos, su ex Patricia Llosa y el público que lo acompaña en esta fecha tan importante en su vida. Aunque la gran ausente es Isabel Preysler, cada vez que la espada aparece, algo de ella también, pues si hacemos memoria, tuvo mucho que ver en la selección de ese peculiar objeto que también es protagonista del evento literario.

Resulta que todos los nuevos integrantes de la prestigiosa institución deben cumplir con un protocolo en la ceremonia. En primer lugar, es necesario que vistan de traje verde, característico de los valores que profesa la Academia y, a su vez, deben portar una espada personalizada, que funcione como insignia de honor y caballería. 

La de Mario Vargas Llosa fue encargada en Toledo, con un amigo directo de Isabel Preysler que lleva años dedicado al oficio de crear estos objetos de manera artesanal. En diciembre, el Premio Nobel y la Socialité posaron tomados de la mano en un acto especial que se realizó para la entrega de la espada.  

Cuentan que el modelo de la espada se corresponde a una "excálibur", elegida por Preysler y su hija Tamara por su elegante estilo y los materiales en que se realiza. Sin dudarlo ni un momento, Mario Vargas Llosa obedeció a su amada, tan experta en esos asuntos de moda y estilo. 

Ahora que la relación acabó, trascendió que lo de aquel viaje fue un montaje, pues la pareja estaba en sus últimos suspiros, por esa razón Isabel Preysler estuvo acompañada por su hija Ana Boyer y sus nietos, de manera de hacer más llevadero el encuentro. 

El número 18

Desde ahora, el escritor ocupará el sillón 18 de la Academia Francesa, lugar que perteneció años atrás a los pensadores Michel Serres y Alexis de Tocqueville, máximas figuras de las Letras y del Pensamiento Crítico del siglo XX.