La Reina Letizia no habría dado el brazo a torcer en el día del cumpleaños de Felipe

Es de público conocimiento el carácter peculiar que tiene la Reina Letizia. Cuando se propone algo no se detiene hasta lograrlo y sus indicaciones son tomadas como las leyes supremas. Tanto es así que nadie, ni siquiera el propio Rey Felipe, se atreve a contrariarla en sus requerimientos y peticiones. Sin embargo, todos en la Zarzuela tenían la esperanza de que los acontecimientos la hicieran cambiar de parecer.

Pero para desgracia de algunos, no habría ocurrido ni en el escenario más inverosímil que un productor de las mejores películas hollywoodenses pueda imaginar. El Monarca cumplió recientemente sus 53 años, una ocasión que, sin duda, es digna de un pequeño festejo, claro, teniendo en cuenta las medidas restrictivas por la crisis sanitaria mundial. Lo cierto es que no habrían existido muchas intenciones de hacerle pasar un agradable momento al hijo del Emérito Juan Carlos, por el contrario, fueron puros grises para su día especial.

Empleados del palacio aseguran que los ánimos se encuentran muy bajos luego de las investigaciones judiciales que pesan sobre el exrey, pues al Soberano siempre le gustó mantener una imagen intachable y su padre le estaría poniendo el camino un tanto difícil para lograr su cometido. En este contexto, y a pesar de la situación actual, todos mantenían las esperanzas intactas de un pequeño agasajo para el esposo de la Reina Letizia, de hecho así fue, solo que las condiciones no habrían sido las adecuadas y ciertos caprichos de la Consorte empañaron, una vez más, la vida de Felipe.

De acuerdo al portal "Cotilleo" se pudo conocer desde la Casa Real que se iba a desarrollar una velada en donde solo asistirían: el cumpleañero, la Reina Letizia; y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, eso sí, iba a ser una comida sin mucho sabor, ya que desde la llegada de la esposa del Rey al palacio se mantiene una dieta estricta, lo principal para ella es que los integrantes de su familia se encuentren total y absolutamente saludables. La situación es para tanto que el Jefe de Estado no pudo disfrutar ni siquiera de un pastel de cumpleaños como a él le gustaría. El azúcar y la bollería industrial están terminantemente prohibidas.

Los cocineros solo tienen indicaciones de preparar alimentos que sean pura y exclusivamente con ingredientes naturales y, al parecer, a nadie en la Casa Real le gustan las tartas a base de harina integral y edulcorante. Esto significaría otro sinsabor para el Gobernante, quien además, debe lidiar con los reclamos provenientes de la restricción de los aumentos de sueldo en Zarzuela, de hecho, paradójicamente, quienes se habrían manifestado más molestas fueron nada más y nada menos que su amada Reina Letizia y la Princesa Leonor.