Las similitudes entre Meghan Markle y Lady Di: Dos “Princesas” que irrumpieron la corona

Han pasado más de 13 años desde el fallecimiento de Lady Di y aún suena una pregunta en el ambiente ¿por qué no podemos olvidarla? ¿por qué parece estar cada día más presente pese a que su cuerpo no está en este plano? ¿alguna vez dejaremos de hablar de la Princesa de Gales?

Lo que ocurre es que Lady Di marcó un precedente jamás antes dominado o advertido por la Corona británica. Una de las instituciones más empecinadas en sobrevivir al paso del tiempo, se topó de pronto con una mujer completamente espontánea, fresca, altruista y con una sincera vocación de servicio nunca antes vista.

Diana de Gales era la princesa que el pueblo quería tener y la amaban por eso. Daba la mano a los más necesitados, no temía al contacto físico con sus fanáticos y la prensa logró volverse adicta a su imagen, tanto así que los propios reporteros provocaron su fallecimiento en un trágico accidente de auto.

Pero, más allá de ser la Princesa más amada, era una mujer, madre de dos niños, que se sentía profundamente asfixiada por los límites de la monarquía. El mandamiento de la Reina Isabel de Inglaterra siempre fue el de preservar las apariencias y resignar toda ambición personal para avocarse al servicio del reinado.

Lady Di no pudo soportarlo. En su legendaria entrevista en 1995 junto al periodista Martin Bashir, la Princesa confesaba que no soportaba más la institución. Desilusionada del amor y de las falsas protecciones de la corona, tuvo pensamientos límites que amenazaron seriamente su vida:

Tal vez fui la primera persona en esta familia que tuvo una depresión o que lloró de manera abierta. Si nunca lo has visto antes, ¿cómo lo apoyas?

Exponer las debilidades de un sistema monárquico en televisión nacional jamás había causado tanta repercusión. La corona, de pronto, pasó a ser el enemigo y la opinión pública apoyaba fervientemente a una Princesa completamente desvinculada de la monarquía. Pues era el pueblo el que la había elegido, cosa que no agradó para nada a la Reina Isabel.

La depresión, la bulimia, el trauma luego del parto de su primogénito, el Príncipe Guillermo, y la tercera en discordia de su matrimonio, acabó en sembrar en Diana la certeza de que ella no era para la monarquía, ni la monarquía era para ella. Algo similar a lo que le ocurrió a Meghan Markle.

En la última entrevista ofrecida a la presentadora Oprah Winfrey, Meghan Markle confesó sentirse sin ganas de vivir, aprisionada de los mandatos monárquicos y una falta de comprensión descomunal a su situación. Lo mismo que denunció Lady Di y que la llevaron a salir de ese tóxico mundo. ¿Coincidencias? No lo creo.