Se cumplen 17 años del evento que cambió el destino de la Reina Letizia

La memoria es tan impredecible que puede hacer que te olvides de lo que haz hecho hace unas horas pero a la vez que no hayas logrado quitar de tu cabeza el icónico estilo con el que la Reina Letizia dijo "Hola, aquí estoy". Ya pasaron 17 años de aquel evento y vamos a recordarlo.

El fin de semana que parte de la Monarquía española pasó en Dinamarca con motivo de la boda de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson quedó marcado por la presentación pública de Letizia Ortiz como prometida de Felipe. Ella ni dudó en presentarse a lo grande, llevando un vestido rojo creado por el modista Lorenzo Caprile, el cual estaba acompañado por dos broches de rubíes de las joyas de la Corona.

Estos accesorios fueron dados por la mismísima Reina Sofía, quien por ese entonces no se despegaba de la mujer que, meses después, terminaría diciendo "sí, quiero" al lado de su hijo en la Catedral de la Almudena de Madrid. Podríamos decir que luego de eso, la experiodista se metió a todos en el bolsillo, pero no fue tan así. 

Según desveló parte del entorno, la Infanta Elena puso el grito en el cielo cuando vio la impactante figura de su cuñada conquistando los flashes mientras ella, quien se había enfundado en un impactante vestido de Christian Lacroix, quedaba opacada y no se adueñó de la mirada de la prensa. 

Las Infantas Elena y Cristina no se acercaron a Letizia en toda la noche.

Elena sentía la traición de su madre, quien le dio sus mejores joyas a Letizia para que deslumbrara a todos. Por su parte, la Infanta Cristina se mimetizó con su hermana y estallaron de ira ante la impactante figura de la nueva estrella de la familia. "De aquel viaje volvió impresionada por el maltrato recibido de las que iban a ser sus cuñadas en una semana", declaró un allegado a la Reina Letizia.

Este conflicto no fue el único que marcó el fin de semana de la Reina Letizia. Una fuerte discusión con el por entonces Príncipe Felipe de Asturias provocó caras largas en ella, aunque trató de dar lo mejor de sí para volver a casa con éxito. Finalmente, la gran aprobación europea (incluso el comienzo de su amistad con Máxima Zorreguieta de los Países Bajos) le devolvió la sonrisa. El resto es historia conocida.