INSUFRIBLE

El insulto con tintes de halago de Don Juan Carlos a la Reina Sofía: "Es para lo único que sirves"

Para la Emérita, el exsoberano la estaba condenando para siempre.
jueves, 10 de junio de 2021 · 10:27

Si alguna vez el Rey Juan Carlos pudo ser totalmente sincero al referirse a la Reina Sofía fue en 1993 cuando se refirió a ella frente al periodista José Luis de Villalonga: "Es mi gran apoyo, es una gran, gran profesional. Se toma su oficio muy en serio.  Doña Sofia nunca olvida que es la Reina”. Si lo vemos en la superficie podría ser un gran halago, pero para los efectos de este matrimonio, realmente para la Consorte fue su sentencia: pasara lo que pasara, el silencio sería su mejor compañía.

Quizás, de la pareja, la Emérita fue siempre quien entendió realmente cómo era el trabajo, en contraposición con su díscolo marido, de costumbres campechanas, zalamería y picardía a flor de piel. La Reina Sofía, unos pasos más atrás, no deja de ser la más querida de la Familia Real, pero, si lo vemos bien, es poco lo que conocemos realmente sobre ella, más allá de sus dolores, vergüenzas y humillaciones.

El Rey Juan Carlos no supo apreciar a su gran compañera de vida, la Reina Sofía.

Esta teoría la ofrece el diario "El Independiente", quien la describe, a razón de lo que deja ver en público, como "una mujer increíblemente tímida, incluso retraída, y muy privada", incapaz de dar un paso en falso, distinguida, pero que impone cierta distancia cuando se está cerca de ella, casi se podría decir que la Reina Sofía puede resultar un tanto hermética y poco conversadora.

Si intentamos adentrarnos en los datos históricos de su vida, quizás encontremos los motivos que en su momento edificaron esos aspectos de su personalidad, que periodistas controversiales como Pilar Eyre y Jaime Peñafiel han insistido en resaltar ante los medios con especial ensañamiento.

Cuánto dolor y pesares le trajo a la Reina Sofía el cumplir a cabalidad con las palabras de Don Juan Carlos.

Recordemos que, desde muy temprana edad, la Reina Sofía vivió los horrores de la Segunda Guerra Mundial, su familia atravesó el exilio, tuvo una decepción amorosa con Harald de Noruega -que de haber sido correspondida habría cambiado su historia- y vive hasta hoy los despojos de un matrimonio fallido. ¿Qué otra cosa podría surgir de allí?  

Pero desde la visión de quienes han estudiado la vida de la Reina Sofía, como ha sido el caso de la autora Carmen Gallardo en su último libro, "La Última Reina", si algo sabe hacer la madre del Rey Felipe es administrar sus emociones con las personas correctas. Gallardo afirma que es muy familiar en el resguardo de la privacidad, ríe mucho, como nunca se le vería en público. No en vano es la abuela favorita de los chicos Urdangarin y Marichalar y Borbón, y no podría ser más unida a sus hermanos, el Rey Constantino e Irene de Grecia, pero sufre su ausencia forzada de las vidas de sus nietas Leonor y Sofía.

Los crasos errores del exsoberano despojaron a la Reina Sofía de la cercanía y el amor de sus nietas Leonor y Sofía.

Otros de sus aspectos más remarcables y que la acusan de tener un "doble rasero" es su ambición y determinación. Para ella, por encima de cualquier razón emotiva, ser Reina es su razón de vida. Sin estas aptitudes, no habría sobrevivido 59 años de un matrimonio tan desastroso como el que tuvo al lado del Rey Juan Carlos, ¿de qué otra forma hubiera podido lograrlo?

Los únicos momentos en los que la Reina Sofia abandona su rol de Monarca es cuando va a la cama y, entre nos, algunas dudas tenemos al respecto. Ella no dejará de serlo, aunque, administrativamente hablando, sea ahora la Reina Letizia quien lleve las riendas de la Institución.

Hasta su último respiro, la Reina Sofía no dejará de ejercer. Es lo único que le queda y por lo que vive.

Para la Reina Sofía, nacer y ser criada para gobernar va más allá de su propia existencia y, aunque no tenga casi compromisos profesionales y sea la gran desplazada del reinado de su hijo Felipe, sus acciones voluntarias hablan por ella. Puede tener mil y un defectos, mil y un formas de ver la vida pero un aspecto se mantiene infranqueable. Su lealtad hacia la Corona, es la posición que defenderá hasta el último de sus días.

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