Rocío Carrasco da un giro que podría ponerla a la altura de su madre, Rocío Jurado

Tras sus últimas actuaciones, Rocío Carrasco demostró lo que está dispuesta a ser y hacer ahora que el tiempo de las lágrimas pasó y que su desempeño ante cámaras exhibió una alta evolución, digna de la genética de Rocío Jurado. Como si se tratara de un giro de 180 grados, la heredera universal se calza las lentejuelas como un claro mensaje de que su lugar en la televisión no se lo arrebatará nadie. 

Estos años han sido de profunda transformación para la hija de "La más grande", de usar la cámara para hacer terapia y sanar sus viejas heridas con su familia a través de dos docuseries en las que se propuso reivindicar a su madre Rocío Jurado, hasta tomar el micrófono para demostrar que no solo le queda bien el papel de verdugo, sino que después de tanto llanto y amargura, Rocío Carrasco está dispuesta a reírse de la vida como una auténtica artista. 

El primer momentazo épico lo daría con Ana María Aldón, enfundada en tachas y cuero, para después redoblar la osadía con el sentido homenaje a la gran Rocío Dúrcal, gran amiga de su madre, a quien le cantó vestida con su icónico vestido rosa de la mano de su también heredera, Shaila Dúrcal. Después de tamaño show, el pronóstico para Rociíto era más que alentador, toda España supo la calidad de la que está hecha y reconoció que puede ser más que una víctima. 

Algunos optimistas le aseguran un lugar en el popular "Tu cara me suena", otros siguen sus pasos en la nueva apuesta de Telecinco "MediaFest Night Fever". En el que se robó todos los corazones con una noche histórica que bastó para salirse del drama denso de "En el nombre de Rocío" y saltar hacia nuevos escenarios más divertidos. 

No es la primera vez que Rocío Carrasco demuestra que tiene todo el talento para hacer honor a ese título de heredera universal. Hace poco, también superó todas las expectativas con "Rocío Tarrastro", vestida de drag y al ritmo de clásicos como "I will survive", mientras seguía una coreografía con una seguridad que en cada presentación deja de ponerse en duda. No es como aquellos años en los que se le entrecortaba la voz y la lágrima rodaba por su mejilla como señal de ambivalencia. 

Las apuestas están echadas. Los últimos pasos de la hija de la coplera cuando el 2022 empieza a extinguirse no son más que la confirmación de que su 2023 promete nuevos desafíos, que ahora sí está dispuesta a tomar sin el temor del dedo acusador de sus detractores, que seguirán estando. No obstante, parece no tenerles ni pizca de miedo. 

Una heredera con pasta

La pasta a Rocío Carrasco no le falta, ni la que entra a los bolsillos, ni la que indica la calidad de sus genes, fieles representantes del talento de la gran Rocío Jurado, maestra y reina de escenarios, esos mismos que su hija se propone conquistar después de saldar cuentas del pasado.