Después de horas de especulaciones y algunos ajustes protocolares en medio de la organización de las exequias de Estado de la Reina Isabel, amén de los requerimientos propios de la Casa Real española; finalmente habemus foto. No la de los reyes eméritos ingresando al Palacio de Buckingham, sino la otra, la que se quiso evitar y no se pudo: aquella que nos muestra al Rey Felipe, la Reina Letizia, el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía sentados juntos en la Abadía de Westminster, justo en ese orden, de derecha a izquierda.

Esto se ha dado, por supuesto, por disposición de la logística manejada por el Palacio Real británico, a quien no podría importarle menos los desbarajustes familiares entre Borbones. La organización decidió agrupar a los núcleos de las distintas Casas Reales asistentes sin excepción y así ha resultado, con el agravante de una ubicación privilegiada, en la segunda fila frente al féretro de la Monarca y apenas detrás de la Reina Margarita de Dinamarca, su hijo Federico y la familia real holandesa, los reyes Guillermo y Máxima, acompañados por la entrañable y siempre querida Princesa Beatriz.

Las capturas de este momento no mienten. Mientras en ocasiones los reyes eméritos parecían disfrutar la compañía del otro (para total asombro de muchos y entre ellos nos incluimos), el rictus de la Reina Letizia a escasos centímetros de su suegro y la incomodidad del Rey Felipe se reflejaba a distancia. La Consorte intentó no dirigir mirada alguna en dirección al Rey Juan Carlos, pero no pudo evitar el momento en que él y la Emérita parecieron "relajarse demasiado" y compartir risas y confidencias en plena ceremonia. La cara de la asturiana contemplando por un segundo la escena será una imagen que nos acompañará por meses, gracias a la captura que Pilar Eyre rescató y posteó en Twitter bajo la leyenda "Aquí pasándolo bien. (La cara de Letizia)".

La rapidez con la que videos e imágenes se difundieron a través de las redes sociales, bajo una cascada de comentarios para todos los gustos, era precisamente lo que el Rey Felipe y la Reina Letizia querían evitar a toda costa, amén de Casa Real que no pudo impedir este incomodísimo encuentro al menos entre el espectro público. En España resultaría mucho más fácil mantener a los elementos del núcleo real apartados de personas y circunstancias indeseadas, pero fuera del territorio, hay que apañárselas y esto es justamente lo que ha sucedido en este último adiós a la Reina Isabel II.

Los otros momentos, los otros encuentros

Según se ha podido confirmar, esta no fue la única coincidencia entre los reyes actuales y sus antecesores. Se sabe que tanto el Rey Felipe como la Reina Letizia y los eméritos Don Juan Carlos y Doña Sofía tuvieron ocasión para reunirse el pasado domingo, en medio de la recepción ofrecida por el Rey Carlos en el Palacio de Buckingham, a la que asistieron también unos 2000 invitados entre representantes de las demás Casas Reales, líderes mundiales, jefes de Estado y de Gobierno.

Sin embargo, no se dispuso que llegaran juntos en la misma caravana oficial, sino que lo hicieron por separado y a varios minutos de diferencia. Lo que haya ocurrido dentro del recinto palaciego entre reacciones, saludos, conversaciones o la total ausencia de ello, es algo que solo los presentes en este sentido evento pudieron apreciar de forma privada y confidencial.