La energía de Silvia Marsó (59 años) es imparable. La actriz regresa a las tablas con la obra de teatro “La Florida”, pieza con la que saldrá de gira por toda España. Su personaje, Lola, trata de una artista en su penoso ocaso. Ella aceptó el proyecto porque le fascina la manera de escribir de Víctor Sánchez Rodríguez, quien mezcla el drama y la comedia de manera magistral, y se enamoró de todos los personajes.

La actriz sobre el escenario debe cocinar una tortilla de patatas. Si ella tuviera que hacerlo no solo en la ficción, sino en la vida real, invitaría a una famosa intérprete. “A Concha Velasco, por ejemplo, que es una mujer a la que admiro mucho y una actriz con la que me habría encantado trabajar”, dijo.

A esta intérprete le fascina el legado de Concha Velasco (82 años), ya que fue una de las actrices más reconocidas en el país. Al igual que la propia Silvia Marsó, nadie puede borrar de la memoria la energía que derrochaba sobre el escenario en cada una de sus presentaciones. Y es que sesenta años en las pantallas y sobre las tablas son difíciles de olvidar. Uno de sus últimos trabajos antes de despedirse fue “La habitación de María”, historia sobre una escritora famosa recluida hace 43 años en lo alto de la Torre de Madrid por sufrir agorafobia.

Siempre adelante

Silvia Marsó ha tenido que renunciar a su familia y a las vacaciones para cumplir su sueño sobre los escenarios: “Me gusta tanto mi profesión que no ha sido un sacrificio. He tenido suerte, porque, desde muy jovencita, no he parado de trabajar. Aunque hubo un momento en mi vida en el que renuncié a la popularidad y a suculentos contratos en televisión para dedicarme al teatro, que es más sacrificado y requiere mucha más humildad”.

Para ella, el éxito no está en los años de experiencia, sino en “seguir trabajando y seguir aportando al público algo que le pueda interesar. Es seguir apostando por proyectos innovadores, cada vez más difíciles y siempre buscando el reto, el más difícil todavía”, dijo.