La educación que tuvo que recibir la Reina Letizia para formar parte de la Familia Real

La Reina Letizia lidera una revolución para mejorar la imagen de la Corona, después de que el Rey Juan Carlos la dañara y pusiera en riesgo con sus últimas controversias. Una de las críticas hacia la Monarca es que siempre parece fría y calculadora, por lo que se le pide más empatía y cercanía.

En sus últimas apariciones, Doña Letizia ha mostrado un cambio significativo que ha sido aplaudido por muchos en las redes sociales. Algunos vídeos de estos eventos se han vuelto virales, como el de una señora mayor que expresó su amor por Letizia, su esposo y sus hijos, pero criticó al resto de la familia.

La Reina Letizia ha realizado muchos cambios en su vida por el Rey Felipe, ya que solo desea que el reinado de su esposo continúe para que en el futuro sea la Princesa Leonor quien tome el relevo. Enamorarse del entonces Príncipe de Asturias no fue fácil, al contrario. La periodista tuvo que renunciar a muchas cosas, como a su profesión.

Pilar Eyre recordó que la esposa del Rey Felipe "tuvo que abandonar su profesión, que le apasionaba, y mudarse a vivir en la sombría casa del príncipe, donde pasó meses recibiendo clases de Protocolo, Historia, Inglés y Religión". A diferencia de su suegra, la Reina Letizia es atea y no cree en Dios ni en ninguna religión, por lo que se han eliminado los actos religiosos que siempre eran responsabilidad de la Reina Sofía.

La religión siempre ha sido un tema pendiente para la Reina Letizia. Tuvo que prepararse para el papel más importante de su vida, y aunque ahora es quien toma todas las decisiones, en su momento, como Princesa de Asturias no tenía voz ni voto. "No podía intervenir en los preparativos de su propia boda ni en su futuro", comenta Pilar Eyre.

Los Reyes desean acercarse a la ciudadanía, por lo que se llevan a cabo estos cambios. "Atención: se está llevando a cabo una operación de cercanía. Los Reyes han decidido abandonar el pedestal distante en el que estaban colocados para marcar distancia con el rey anterior, dejando de lado esa actitud encorsetada que los alejaba incluso de las personas que compartían eventos con ellos. Esa expresión solemne que algunos interpretaron como altanería y que tal vez solo era inseguridad, ahora está siendo reemplazada por un comportamiento más natural y sencillo", afirma Pilar Eyre.