Jesús Manuel Ruiz desvela el gran misterio de Ana María Aldón

A Ana María Aldón le vienen siguiendo los pasos. Jesús Manuel Ruiz afirmó en su columna El balcón del corazón que ya goza de una “nueva vida, nuevos amigos y nueva compañía nocturna”. Al parecer, la vieron disfrutar de la noche madrileña en un lugar donde todo es exquisito: desde la comida, la discreción y hasta la música.

El periodista señala que la colaboradora llegó al nuevo local al norte de Madrid “acompañada de dos hombres y una mujer. Ella no es Esther Arroyo como se ha comentado en algún medio con poca vista o ningún conocimiento del personaje. La mujer es una compañera de trabajo del programa en el que comparten el plató, Fiesta", escribió.

Lo que no sabía la tertuliana es que ESDiario también estaba en el lugar. El periodista describe el más mínimo detalle. “Ana María Aldón con vestido verde y chaqueta negra. Y muy sonriente. Tiene ganas de disfrutar. De conocer. De vivir. Ya lo anunciaba el pasado mes de junio este periódico. Ella tenía todo preparado para emprender una nueva vida lejos de Ortega Cano. Ana María veía un nuevo mundo y su marido no estaba en él, como reza la canción más o menos”.

Ana María veía un nuevo mundo y su marido no estaba en él.

Jesús Manuel Ruiz relató que desde una mesa cercana se percataron de lo atenta que estaba la colaboradora. Su mirada revoloteaba porque era inimaginable que pasara desapercibida. “Los dos chicos que la acompañan son desconocidos. A uno de ellos, un joven que ronda los 45 años, los ojos de muchas (y muchos) se dirigen. Mirada penetrante y altura considerable. Cuerpo esculpido. Los ojos de Ana María también apuntan en esta dirección. No es ciega. La belleza es la belleza, aún prohibida”.

Para él, fue una dilatada noche. “Al finalizar la cena abandonan todos juntos el lugar y se desplazan a otro lugar. La noche tuvo que ser larga porque las noches de Halloween provocan de todo menos miedo. A algunas, claro”, indicó.

Nuevos comienzos

Hace unos días, Ana María Aldón y José Ortega Cano pusieron un punto y final a su relación. Llevaban meses ahogados en una disputa acéfala. La entrevista que dio el torero a Ana Rosa Quintana fue el detonante de que se sentara a salvar el poco de dignidad que le quedaba.