Jardinería, el secreto para reproducir tu planta de albahaca

La albahaca es una planta aromática ampliamente utilizada en la cocina, ya que aporta un sabor único que evoca las costas del mar Mediterráneo. Hay un sencillo y efectivo truco de jardinería para multiplicar las plantas de albahaca de manera infinita.

Para llevar a cabo esta técnica, solo se necesita una planta de albahaca (disponible en viveros o tiendas de comestibles), un vaso y agua. El objetivo es reproducir la planta de albahaca mediante esquejes, utilizando pasos simples que garantizarán el éxito.

Hay dos técnicas similares y fáciles para duplicar las plantas de albahaca tantas veces como desees. La primera consiste en tomar un esqueje de albahaca de aproximadamente 15 centímetros. Corta una rama asegurándote de hacer un corte limpio y en diagonal.

Para enraizar el esqueje, hay que colocarlo en un vaso con agua, llenando el vaso hasta la mitad de su altura. Es recomendable usar un recipiente transparente para observar el progreso y cambiar el agua según sea necesario.

En esta técnica, es importante podar las ramas inferiores del esqueje para que las raíces que se formen sean suficientes para sostener las hojas. Si es necesario, se pueden recortar las ramas más bajas, dejando solo las ramas superiores.

Una vez que el esqueje haya desarrollado una buena cantidad de raíces, estará listo para ser trasplantado a una maceta y convertirse en una hermosa planta de albahaca.

La segunda técnica es menos invasiva pero más lenta. En este caso, en lugar de tomar un tallo, generaremos raíces a partir de una sola hoja. El procedimiento consiste en quitar una hoja grande y saludable de la planta de albahaca, asegurándote de que quede un pequeño tallo debajo de la hoja. 

Luego, hay que sumergir el tallo en un vaso con muy poca agua, dejando que la parte inferior esté sumergida y la parte superior de la hoja quede por encima del agua. Después de unas semanas, comenzarán a formarse raíces en la base de la hoja. En este punto, estará lista para ser trasplantada a la tierra. 

Con cuidado, se debe enterrar solo las raíces y dejar el resto de la hoja por encima de la tierra. Proporcionar agua y luz, y con el tiempo, se convertirá en una saludable planta de albahaca.