Diana de Gales y su venganza perfecta que borró al Príncipe Carlos de la prensa por semanas

Se dice con cierta razón que las prendas que llevamos puestas reflejan nuestra personalidad o el estado de ánimo con el que nos levantamos. Diana de Gales fue una de las grandes representantes de esta máxima, inmortalizando muchos momentos únicos.

Su belleza fue su aliada y cuando descubrió el poder que este atributo tenía ante la prensa, fue parte de sus refinadas estrategias para volcar la atención cuando más le convenía. Era una de las facetas más reconocibles de una nueva Diana.

En 1994, Lady Di sufrió la peor humillación, cortesía de su esposo, el príncipe Carlos: ante millones de espectadores aireaba en una entrevista su affare con Camilla Parker- Bowles sin vergüenza alguna. Para ella, había llegado su esperado momento.

Ni una sola palabra, ni encerronas, ni llanto. La princesa de Gales se vistió de valor y salió al frente de las impúdicas declaraciones con su presencia en el evento "Serpentine Gallery" que tuvo lugar en los jardines del Palacio de Kensington.

Para ello, Diana llevó un icónico "little dress" oscuro y ajustado a la línea de su figura, con escote en "V" y pequeñas mangas drapeadas que caían en gracia sobre sus hombros.

Un ostentoso collar de 7 hileras de perlas con un broche que iba a juego con su vestido, fue otro elemento protagonista. Todo un acierto en estilismo de punta a punta que enmarcó su accesorio más brillante: una sonrisa ganadora ante semejante afronta.

Tal fue el revuelo de su aparición, que Lady Di provocó una "censura informativa" contra Carlos en lo que habría sido el escándalo de la temporada. De ese vestido, su belleza y dignidad se habló por semanas. Hasta el "HuffPost" lo reseñó así en su momento.

Era la primera vez que se presentaba a la gente a la nueva Diana, la que no necesitaba a la familia Real, especialmente al príncipe Carlos. En ese minivestido, rezumaba confianza, un aire de felicidad e independencia.