REFORMAS

El Rey Felipe toma la decisión más radical de su mandato y no aceptará un "no" por respuesta

El Monarca se desprende del pasado para que el futuro pueda gobernar.
miércoles, 30 de diciembre de 2020 · 19:17

Con su último discurso, el Rey Felipe VI puso los puntos sobre las íes. Tanto así que logró unir bajo sus mismos conceptos sobre transparencia y justicia a Pedro Sánchez y Pablo Casado, antagonistas partidarios dentro de los manejos del Estado.

Estos tiempos son delicados y en el marco de un año sumamente difícil para el Monarca y su gestión manchada por su antecesor, el Emérito Juan Carlos, surge una nueva disposición que podría resultar en el mayor viraje positivo: la "Renovación".

Queda un largo trabajo por realizar en la gestión de Felipe para volver a ganarse la confianza del Pueblo.

¿En qué consiste la puesta en marcha de este nuevo término? Pues ni más ni menos que en los efectos jurídicos y legales sobre los cuales se sostendría el deseo del Rey para construir una "Monarquía distinta", a tono con los retos de este nuevo siglo.

Pero comencemos a explicar todo desde el principio: en la práctica, las atribuciones reales de Felipe son bastante limitadas en cuanto a maniobra legal se refiere, a excepción de dos leyes que apenas sirven para garantizar la inamovilidad de la Corona.

Esta Ley no solo permitirá al Rey enmendar los errores del pasado, sino garantizar el futuro de la Corona.

Estas herramientas jurídicas, también confieren a la figura del Jefe de Estado algunas atribuciones sobre nombramientos, la capacidad de aconsejar al Gobierno y nada más. Ahora comienza a entenderse la necesidad de reparar estos vacíos legales.

Sobre todo, porque en el camino de transición que se ha querido trazar, las discrepancias sobre los límites entre lo político, lo jurídico e incluso lo mediático permitieron al Emérito actuar a sus anchas. Esto es algo que ya no puede repetirse y menos justificarse.

La Reina Isabel logró llevar a cabo esta Ley y garantizó la paz y permanencia de su mandato.

Por ende, es necesario crear una "Ley de la Corona" que defina mejor las instancias en las que se podrá mover el Soberano con mayor holgura pese a que este nuevo entramado suponga un complejo proceso para su implementación.

Hay tiempo, pero debe abordarse con carácter de urgencia. Existe la voluntad de todas las partes para llevar a cabo este proyecto que entre los situados más importantes tendría la rendición de cuentas y la renovación a todo nivel como sus principales banderas.

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