INSÓLITO

Detrás de la sonrisa cautivadora de Máxima de Holanda: su implacable indolencia ante el dolor ajeno

El "Lado B" de la neerlandesa no se puede ocultar con simpatías y carisma.
jueves, 10 de junio de 2021 · 11:48

¿Qué hay detrás de la carismática sonrisa de Máxima de Holanda y de su efervescente personalidad pública? Fueron estos, sin duda alguna, los dos atributos que robaron el corazón del Rey Guillermo y que hicieron sonreír a su madre la Reina Beatriz al momento de conocerla "como nunca antes lo había hecho".

Máxima de Holanda fue quien introdujo las notas universales del tango argentino en el día más importante de su vida, su boda real, y presentó ante la sociedad holandesa las bondades gastronómicas de su país de origen, Argentina, cuando publicó en la página oficial de la familia real en Twitter una foto suya preparando los clásicos alfajores de maicena. ¿Quién no podría amar a una mujer tan especial, espontánea y cercana aún cuando amasa tanto poder dentro de un país que no la vio nacer?

Máxima de Holanda es todo derroche de carisma, sensibilidad y cercanía ante el público, pero ¿y a puertas cerradas?

Es un hecho notorio que de todos los miembros de la familia real de la casa Orange nasáu sea, precisamente, Máxima de Holanda quién despierte las mayores simpatías entre el pueblo neerlandes, a pesar de las controversiales situaciones en las que la Familia Real se ve envuelta en el último año y que ha devenido en una crisis de popularidad sin precedentes que afectó su imagen de forma casi irreparable.

A esto podemos añadir la publicación de "Máxima. La construcción de una Reina”, de Paula Galloni y Rodoldo Vera Calderón, un controversial libro que expone la biografía no autorizada de la reina Máxima de Holanda y muestra datos tan reveladores como perturbadores sobre el "Lado B" de una de las reinas más populares de toda Europa, según reportó "Infobae".

Algunos datos ensordecedores han salido a la luz: Máxima de Holanda tiene sus sombras ya no tan ocultas.

Ambiciosa, aspirante a una vida mejor, indolente y hermética a puertas adentro. Este libro presenta las facetas más desconocidas de Máxima de Holanda, tras una ardua investigación que superó la censura gubernamental en Países Bajos y las negativas de fuentes claves para desentrañar su pasado.

Según este material biográfico, muchos de sus datos oficiales no coinciden con las últimas pesquisas. Se desveló que Máxima de Holanda nunca perteneció a los círculos de la clase acomodada bonaerense como se difundió desde la Casa Orange, ni tampoco su situación en Estados Unidos fue la más soñada: era una joven proveniente de la clase trabajadora que se hacía rodear por gente pudiente para lograr conexiones y, en Nueva York, tuvo que dormir en varios sofás de amigos y conocidos durante sus primeros meses de estadía antes de alcanzar una gran oportunidad laboral.

¿Quién podría reir, usar tacones altos y llevar prendas de diseñador en las exequias de su propia hermana?

Pero de todas las historias, una de las más extrañas tuvo que ver con el fallecimiento de la hermana de la Soberana, Inés Zorreguieta, quien se quitó la vida en su residencia en la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto, fue Galloni quien se atrevió a dar una versión nunca antes expuesta por medio ni libro alguno.

Claro que la afectó (la muerte de Inés, su hermana), pero en ese momento me sorprendió su capacidad para contenerse de una tragedia semejante. Me sorprendió muchísimo cómo estaba vestida, con tacos altísimo, radiante el pelo, hablaba con gente y sonreía. No la quiero juzgar por lo que vi, pero ella sabe que la comunicación con la moda habla por sí sola.

De Máxima de Holanda y su familia, el gobierno neerlandés sigue ocultando información.

Pero un plato fuerte es, sin duda, el secretismo y la censura que mantiene "Casa Real" alrededor de la imagen de Máxima de Holanda y de sus hijas Amalia, heredera al trono neerlandés, Alexia y Ariane. La Corona solo permite a la prensa la cobertura de dos eventos anuales y cualquier foto oficial de la familia debe ser aprobada previamente por la Institución. Es un secreto a voces, es censura, pero los holandeses no parecen muy alterados al respecto.

Pero, sin temor a equivocarnos, un aspecto de lo más sórdido en cuanto a la siempre popular Máxima de Holanda es que, a pesar de su carisma, sensibilidad que brota en ciertos actos protocolares y su aparente actitud que invita a acercarse a ella, nunca se le ha visto en muchos actos caritativos o siquiera preocuparse por la situación migratoria en el país, aún cuando ella conoció en sus propias carnes esa realidad. ¿Cómo afectarán estas reveladoras informaciones a su imagen, ya perjudicada a los ojos del pueblo holandés?

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